lunes, 30 de abril de 2012

Tema de Fondo

El agro salvadoreño: un aula abierta

Por: Dr. Gerardo Escudero
Representante Oficina del IICA
El Salvador
 gerardo.escudero@iica.org.sv


El agro salvadoreño está experimentando una silenciosa pero intensa transformación.
Desde la base -la formación de capacidades- la Presidencia de la República, con el liderazgo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), está cultivando el Plan de Agricultura Familiar y Emprendedurismo Rural para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (PAF).

La semilla del PAF se ha sembrado ante aspectos determinantes como la importancia estratégica del sector agropecuario como la principal fuente generadora de crecimiento económico y reducción de la pobreza, especialmente, en los territorios rurales; y la marcada naturaleza familiar de las unidades productivas agropecuarias nacionales.

Los frutos que se espera produzca el PAF consisten en incrementar la disponibilidad de alimentos e ingreso de las familias que desarrollan la agricultura de subsistencia, mientras logran desarrollar capacidades para una inserción exitosa en las cadenas de valor agroproductivas.

Complementaria y sinérgicamente, el Plan fomenta el incremento de las capacidades competitivas en el segmento de agricultura familiar comercial, a fin de generar ingresos que permitan un desarrollo sostenible de la economía de los territorios.

Sin precedentes, el PAF retoma las experiencias metodológicas y operativas de anteriores proyectos desarrollados por MAG, agregando un fertilizante nuevo que abonará y potenciará el esfuerzo: la articulación con el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA), la Escuela Nacional de Agricultura “Roberto Quiñónez” (ENA), el Banco de Fomento Agropecuario (BFA) y la amplia experiencia de organismos acompañantes como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El PAF está cambiando el rostro de un agro que persistía en el abandono, el retraso y la poca inversión. La intervención se logra con cuatro programas:
i)       PAF Seguridad Alimentaria
ii)      PAF Cadenas Productivas
iii)     PAF Innovación
iv)     PAF Agroindustria

Familia salvadoreña participa en Escuela de Campo para optimizar su negocio agrícola












El acompañamiento del IICA

La Oficina del IICA en El Salvador participa, junto con la FAO, en el PAF Seguridad Alimentaria. Paralelamente, desarrolla una intensa ejecución del PAF Cadenas Productivas, el cual pretende incrementar el nivel de ingresos de las familias rurales a través del mejoramiento de la competitividad de los negocios rurales y el encadenamiento agro productivo.

Agricultores que tienen al menos un emprendimiento productivo están inscritos. El Programa cuenta con una selección de iniciativas, las cuales al inicio fueron caracterizadas con una metodología específica, todo en estrecha coordinación con el MAG y CENTA, tomando criterios de alto, amplio y rápido impacto.

Este Programa prioriza diez cadenas: granos básicos, hortalizas, frutas, lácteos, acuícola, apícola, cacao, café, artesanías y turismo rural.


Las innovaciones y los cambios

Al preguntarse ¿Dónde están las diferencias comparadas con intervenciones agrícolas de amplia escala?

La respuesta nos lleva a diversos rincones del país, algunos cantones y caseríos donde pese a los caminos en extremo difíciles, donde el polvo o el lodo complican aún más la llegada y la pobreza es palpable, se observan “aulas” no tradicionales, pero llenas de entusiasmo y materiales lúdico/didácticos con alumnos que con “avanzada juventud” están aprendiendo diversas temáticas agrícolas seleccionadas y priorizadas por ellos mismos, a través de la metodología Escuelas de Campo (ECA).

La referida metodología es lo que inyecta, en parte, dinamismo a este programa que comienza fortaleciendo la base y aplica un modelo innovador en el proceso. La Oficina del IICA ha diseñado cuatro niveles de ECA, empezando desde el piso de producción primaria, transitando hacia las de Emprendedurismo y Comercialización y llegando hasta las de Fortalecimiento Institucional. Éstas últimas involucran en las capacitaciones a funcionarios públicos del MAG y CENTA para garantizar la continuidad y sostenibilidad de la estrategia cuando el Programa finalice.

Otra parte del engranaje es la metodología Competencias Económicas basada en la Formación Emprendedores (CEFE), que agrega fortalezas administrativas y destrezas personales para el impulso de negocios en las cadenas productivas.

Ambas metodologías tienen la particularidad de facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje a través de ejercicios participativos, vivenciales y lúdicos. Los equipos técnicos PAF MAG/IICA proveen asesoría a través de estas herramientas, fortaleciendo los eslabones de la cadena. Un cuerpo de más de 350 técnicos y extensionistas están trabajando con núcleos de productores en los territorios, multiplicando ECAS, de las cuales hay en marcha unas 480 y unos 13 mil productores y productoras del país, beneficiados e integrados a las mismas.

Además, el Programa PAF Cadenas Productivas utiliza como principal estrategia de intervención el enfoque de cadena de valor, impulsando elementos claves como el mejoramiento del acceso al mercado, la elevación de la productividad, el fortalecimiento de las capacidades de gestión de los negocios y la promoción de la inversión privada.
  
Es justamente ese modelo diferenciado e intenso de transferencia de conocimiento y tecnología lo que hace esta experiencia diferente, captando la mirada de otros países del Hemisferio.

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